Cada día millones de persona comienzan una dieta… y muchas de ellas se decantan por una u otra en función de las recomendaciones de familiares, amigos, de aquello que han visto en la tele o leído en internet. La mayoría nunca acudirá a un especialista.
La dieta Dukan se puso de moda hace algunos años y fue una auténtica revolución en el mundo. El libro «No consigo adelgazar» fue top ventas durante meses, el señor Pierre Dukan, se convirtió en un aclamado doctor que inundó horas de televisión. Lo vimos en entrevistas en televisión, en informativos, en la radio, etc. Se publicaron libros complementarios con recetas adaptadas a su dieta. Y como colofón final, lanzó al mercado su propia línea de productos. Miles de chicas compartían su experiencia por las redes sociales, se crearon foros «Dukan», blogs sobre sus progresos y sus platos…
Pero esta aparente «revolución alimentaria» no es otra cosa que una dieta hiperproteica pura y dura. Y la realidad explotó cuando las asociaciones de médicos, de dietistas, nutricionistas y de pacientes se alzaron en su contra.
Cualquier persona conoce la pirámide alimentaria ¿qué hay en su base? El señor Dukan prohíbe en su dieta tomar lo básico, la base, aquello que tenemos que tomar en mayor cantidad: los hidratos de carbono. ¿Qué ocurre cuando al cuerpo no le das el combustible esencial para funcionar? Que se producen desequilibrios. Desequilibrios serios que a largo plazo, tienen consecuencias terribles. Privar al cuerpo de la toma de hidratos de carbono hace que éste entre en un estado de cetosis, y esto es lo que nos hace perder peso.
El cuerpo comienza a acidificar el PH sanguíneo, se «defiende» transformando sus reservas en los carbohidratos que necesita para funcionar (recordemos que el cerebro únicamente se alimenta de azúcares). Por otra parte, el exceso de proteínas ayuda a acentuar esa acidez, forma compuestos perjudiciales, multiplica las posibilidades de cálculos renales de ácido úrico, de parecer gota, de aumentar el colesterol y colapsa los riñones y el hígado. Por no mencionar que las células viviendo en un PH ácido, tienen mayor tendencia a mutar, y convertirse en cancerígenas. El calcio de los huesos pasa a la sangre para intentar equilibrar el PH, lo que puede acarrearnos una osteoporosis prematura. El organismo se deshidrata, pierde una cantidad de agua impresionante en las primeras semanas («¡ajá, he perdido 3 kilos en 3 días!») pero la báscula no es capaz de decirte que has perdido agua, y que tu cuerpo necesita reponerla para estar sano. Se crea un estreñimiento crónico mientras se mantiene esta estrambótica alimentación, un estreñimiento y un déficit de vitaminas y minerales que el señor Dukan admite y que nos aconseja de complementemos con «comprimidos» que él mismo vende, de paso.
Los lectores y seguidores de esta dieta desconocen o ignoran cómo están perjudicando a su cuerpo. En muchos foros he leído «estoy perdiendo pelo», «tengo la piel muy seca», «sufro dolores de cabeza que antes no tenía» «me mareo» o «me fatigo». Son señales de un cuerpo sano que está dejando de serlo.
Algunos de sus seguidores reconocen los tintes sectarios de esta dieta. Se pierde peso rápidamente, puedes contar tus progresos y tu experiencia en foros, te sientes parte de una comunidad, compartes recetas, trucos, dudas, … Todo ello son ingredientes que acentúan el problema.
La Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (AED-N) desaconsejó «encarecidamente» el método Dukan «por ser ineficaz, fraudulento y potencialmente peligroso» y pidió a las autoridades sanitarias «proteger a la población de las consecuencias negativas de la difusión de este tipo de fraudes». La Asociación Francesa de Dietistas-Nutricionistas y la Orden de Médicos han acusado a Dukan de hacer de la medicina un negocio y de infringir el código deontológico anteponiendo su promoción personal a la medicina.
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